- conocida como 'El perrito', este clásico del Kamasutra es ideal para trabajar los glúteos. Cambia las odiosas sentadillas por una placentera sesión de sexo con 'el perrito'.
Además de reafirmar tus glúteos, conseguirás asegurarte el orgasmo, ya que facilita la estimulación directa del clítoris. Un encuentro salvaje en el que las caricias de los amantes están garantizadas.
La postura sexual de 'La profunda', pone a prueba tu flexibilidad. La intensidad de la penetración solo es apta para mujeres con cierta elasticidad. Además de ser una postura del Kamasutra ideal para evitar oxidarte, es una forma de penetración que garantiza un contacto genital único e intenso. Los testículos se posan suavemente entre los glúteos y el clítoris se encuentra presionado por la abertura de las piernas.
Otra forma de trabajar los glúteos y fortalecerlos es mediante la postura de 'La amazona'. Seguro que si la pruebas, verás con otros ojos las temidas y odiadas sentadillas con las que has sudado tantas veces en el gimnasio.
Para ponerla en práctica debes 'sentarte' en el pene erecto de tu pareja lentamente. El ritmo de penetración de arriba a bajo te garantizará un orgasmo de lo más placentero de la forma más salvaje y primitiva.
Pon a prueba tu resistencia con una postura sexual solo apta para los más atrevidos. La postura de 'La carretilla', obliga a tener cierto equilibrio y aguantar el peso con los brazos pese a que el chico levante las piernas de su pareja.


 el estímulo y el placer se concentran en los genitales de ambos, pero es el hombre quien lleva el ritmo atrayendo el cuerpo de ella hacia el suyo. La variedad de movimientos y sensaciones que permite la postura es asombrosa: circulares, ascendentes y descendentes, con las piernas de ella más cerradas o bien abiertas...'
Olvídate de las mancuernas y las pesas para fortalece los brazos. Pon en práctica la postura del 'arco'. Es una variante del tradicional 'Cara a cara', aunque con una modificación, ya que deberás apoyar tus brazos detrás de los hombros a la vez que levantas la pelvis y flexionas las piernas, ligeramente abiertas esperando la penetración por parte de tu pareja.
Aunque es una postura cansada, el sacrificio será recompensado con un intenso orgasmo.